
miércoles, 9 de enero de 2008
martes, 8 de enero de 2008
¿QUIENES SOMOS?
Monjas Contemplativas
¿COMO VIVIMOS?
EN CLAUSURA Como opción de vida contemplativa
EN SILENCIO Esencial a la oración contemplativa
CELEBRANDO La liturgia. Que es fuente de vida cristiana.
ALABANDO Al Señor de día y de noche por mandato de la iglesia
MISION
Interceder por los miembros dolientes de la iglesia, como la oración, ayuno y penitencia.
CARISMA
Seguir a cristo:
Pobre
Humilde
Crucificado
¿DE QUE VIVIMOS?
Del trabajo (que es gracia) y cuando no llega, de la mesa del señor (limosna)
ESPIRITUALIDAD
Franciscana – Clarina
En fraternidad, con alegría
Monjas Contemplativas
¿COMO VIVIMOS?
EN CLAUSURA Como opción de vida contemplativa
EN SILENCIO Esencial a la oración contemplativa
CELEBRANDO La liturgia. Que es fuente de vida cristiana.
ALABANDO Al Señor de día y de noche por mandato de la iglesia
MISION
Interceder por los miembros dolientes de la iglesia, como la oración, ayuno y penitencia.
CARISMA
Seguir a cristo:
Pobre
Humilde
Crucificado
¿DE QUE VIVIMOS?
Del trabajo (que es gracia) y cuando no llega, de la mesa del señor (limosna)
ESPIRITUALIDAD
Franciscana – Clarina
En fraternidad, con alegría
Clara de Asís

Clara de Asís
Joven seducida por el Evangelio
“La regla de la orden de las hermanas pobres….
Es ésta: vivir el santo evangelio de nuestro Señor Jesucristo, en obediencia, sin propio y en castidad”
(Sta. Clara)
La Joven Clara, después de una infancia feliz y piadosa, a los 18 años decide dejar las riquezas y el lujo para recorrer el apasionante camino del evangelio; el camino de la pobreza. Fuertemente impresionada y atraída por el ideal de su compatriota Francisco, quiso seguir su vida de pobreza y abnegación para lo cual escapó una noche de su palacio acompañada por una amiga, y se trasladó a Santa María de los Ángeles, donde Francisco y sus hermanos la recibieron con antorchas encendidas para su consagración al Señor.
¡Que joven tan valiente y decidida!
Deja riqueza y fortuna; una vida cómoda y regalada…para seguir a Cristo con amor apasionante, viviendo en absoluta pobreza.
Clara es, con San Francisco, la fundadora de la Orden de las Hermanas Clarisas, dedicadas a la contemplación y a la intimidad con el Señor. Su ideal es vivir el evangelio desde la clausura ocupándose sólo de las cosas del señor.
“Habiéndonos, pues, llamado el Señor a cosas tan grandes, de modo que en nosotras puedan mirarse como un espejo aquellas que son ejemplo y espejo para los demás, estamos obligadas a bendecir y alabar a DIOS, y a afianzarnos más y más en el Señor para hacer el bien”
(Sta.Clara)
Clara siguiendo el ejemplo de San Francisco no se reserva nada para sí ; todo lo desprecia para quedarse sólo con Cristo. Por eso, usando las palabras de Francisco dice a sus hermanas:
“aplíquense… en aquello que por encima de todo deben anhelar: tener el espíritu del Señor y su santa operación”
Joven seducida por el Evangelio
“La regla de la orden de las hermanas pobres….
Es ésta: vivir el santo evangelio de nuestro Señor Jesucristo, en obediencia, sin propio y en castidad”
(Sta. Clara)
La Joven Clara, después de una infancia feliz y piadosa, a los 18 años decide dejar las riquezas y el lujo para recorrer el apasionante camino del evangelio; el camino de la pobreza. Fuertemente impresionada y atraída por el ideal de su compatriota Francisco, quiso seguir su vida de pobreza y abnegación para lo cual escapó una noche de su palacio acompañada por una amiga, y se trasladó a Santa María de los Ángeles, donde Francisco y sus hermanos la recibieron con antorchas encendidas para su consagración al Señor.
¡Que joven tan valiente y decidida!
Deja riqueza y fortuna; una vida cómoda y regalada…para seguir a Cristo con amor apasionante, viviendo en absoluta pobreza.
Clara es, con San Francisco, la fundadora de la Orden de las Hermanas Clarisas, dedicadas a la contemplación y a la intimidad con el Señor. Su ideal es vivir el evangelio desde la clausura ocupándose sólo de las cosas del señor.
“Habiéndonos, pues, llamado el Señor a cosas tan grandes, de modo que en nosotras puedan mirarse como un espejo aquellas que son ejemplo y espejo para los demás, estamos obligadas a bendecir y alabar a DIOS, y a afianzarnos más y más en el Señor para hacer el bien”
(Sta.Clara)
Clara siguiendo el ejemplo de San Francisco no se reserva nada para sí ; todo lo desprecia para quedarse sólo con Cristo. Por eso, usando las palabras de Francisco dice a sus hermanas:
“aplíquense… en aquello que por encima de todo deben anhelar: tener el espíritu del Señor y su santa operación”
miércoles, 19 de diciembre de 2007
Monasterio Santa Clara
lunes, 17 de diciembre de 2007
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